Día 3º de la Novena de Navidad al Niño Jesús

Terner día de la novena de navidad al divino Niño Jesús. Villancicos, oraciones y reflexiones para el día 3 de la novena navideña (18 de diciembre).


1.- SALUDO

Sean todos bienvenidos al tercer día de la Novena. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Pidamos, en este tercer día de la Novena, la gracia de acercarnos al Señor.

En este día, mientras nos preparamos para la Navidad, la liturgia nos presenta el texto del viaje de José y María a Belén, un pasaje lleno de significado teológico y dignidad personal.

Que el testimonio de la travesía de los padres de nuestro Señor, nos ayude a mirar nuestra actitud en el matrimonio y en la familia, y que nos ayude a acercarnos a Dios.

Día 3º de la Novena de Navidad al Niño Jesús

2.- ORACIÓN INICIAL

Al rezar esta Novena le pedimos a la Virgen María que nos ayude a preparar, en nuestro corazón, la cuna más cálida y blanda para recibir a Jesús.

A San José le rogamos que nos regale un corazón puro y resignado para aceptar con alegría nuestros trabajos y los designios de Dios.

A nuestro Padre Todopoderoso le solicitamos entendimiento para comprender su infinita misericordia al mandarnos a su hijo Jesucristo para nuestra salvación.

También oramos al Espíritu Santo para que nos conceda amor para servir a Dios y para amar a nuestros semejantes.

Y a Jesús le rogamos que nos refleje su luz y que nos una, para siempre, en la gloria del Padre. Amén.

3.- MOTIVACIÓN DIARIA

  1. En este tercer día de la novena, continúe preparando el pesebre. Después de colocar la imagen de María y José, coloque el establo.
  2. Que cada uno de los participantes pida perdón y ayuda, rogando por la intercesión de José y María para los matrimonios en conflicto y que tienen dificultades, para que puedan comenzar una nueva vida esta Navidad.
  3. Realiza algún gesto o actitud concreta durante el día. Si tu vida en pareja atraviesa algún conflicto, debes acercarte y buscar el diálogo; si no hay necesidad de ello, planteate ayudar a otras parejas en situaciones difíciles. Se un instrumento de paz y reconciliación con los demás.

4.- PRESENTACIÓN DEL PERSONAJE DEL DÍA

Hoy vamos a meditar sobre la dura peregrinación de José y María hacia Belén.

5. LECTURA BÍBLICA

Se ha cumplido el tiempo para que nazca el Niño; sin embargo, José y María tienen que viajar a Belén para empadronarse . ¡Es una ley y hay que cumplirla!

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Los padres de Jesús salen de su casita de Nazareth y poco a poco van avanzando entre las rocas y el desierto. De trecho en trecho hay pequeños oasis donde descansan un poco y se refrescan. Ellos han caminado mucho y seguramente después del mediodía llegarán a Belén a cumplir con la obligación legal dando sus nombres y el lugar donde viven.

Luego van a conocer este nuevo pueblo, van a la feria, acuden a la fuente, donde se encuentran con paisanos y parientes. Pero a la tarde, cansada y adolorida por la larga caminata, María se da cuenta de que ha llegado la hora y que no avanzará a volver a Nazareth.

María y José, por cumplir una obligación, no han dudado un instante en salir de su acogedora casita, a pesar de que María se sentía tan próxima.
Pidamos a Dios que nos haga prontos para cumplir nuestras obligaciones, a pesar de ser incómodas. Amén.

6. ORACIONES

Padre Nuestro. Ave María. Gloria

7. MEDITACIÓN

El respeto es el valor que debemos afianzar en el Tercer Día de la Novena. Es una cualidad del amor que nos mueve a aceptar a los otros tal como son.

Gracias al respeto valoramos la gran dignidad de toda persona humana hecha a imagen y semejanza de Dios, aunque esa persona esté equivocada.

Es la fuente de armonía porque nos anima a valorar las diferencias, como lo hace un pintor con los colores o un músico con las notas o los ritmos.

Recordemos que un amor respetuoso nos impide juzgar a los demás, manipularlos o querer moldearlos a nuestro tamaño.

8. VILLANCICOS

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Los pastores a Belén corren presurosos
llevan de tanto correr los zapatos rotos

Ay ay ay que alegres van
Ay ay ay si volverán
con la pan pan pan
con la de de de
con la pan con la de
con la pandereta
y las castañuelas

Un pastor se tropezó
a media vereda
y un borreguito gritó
¡Ese ahí se queda!

Ay ay ay que alegres van
Ay ay ay si volverán
con la pan pan pan
con la de de de
con la pan con la de
con la pandereta
y las castañuelas

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9.- PETICIONES

Con la alegría de preparar el camino para la buena nueva, a cada petición respondemos: Niño Jesús, enséñanos abrir el camino del bien.

  • Amado Jesús, que en los momentos de zozobra y desaliento, seamos capaces de superarlos con tu llegada. Oremos.
  • Que a ejemplo de Juan, seamos verdaderos misioneros y valientes mensajeros de tu Buena Nueva. Oremos.
  • Señor, permite que la familia, encuentre con tu venida el verdadero camino. Oremos.
  • Ayúdanos a prepararnos espiritualmente para hacer de esta Navidad una vivencia realmente cristiana. Oremos.

10. ORACIÓN FINAL

Concluyamos este primer día de novena recitando: Padre nuestro, Ave María y Gloria.

Seguro que has oído esta frase «más vale tarde que nunca». Pues bien, creo que se aplica al tercer día de la Novena de Navidad al Niño Jesús. Si es la primera vez que me visitas, no te alarmes. He estado ocupado promocionando mi página web. Prometo volver y leer una o dos veces al día en cada uno de los nueve días de esta novena.

Reza el tercer día de la Novena de Navidad al Niño Jesús.Señor Dios nuestro,Tú quisiste que tu Hijo Nuestro Señor Jesucristo naciera en un establo de Belén y viviera entre nosotros como un pobre hombre.Te agradecemos que ahora nos hayamos despojado de toda soberbia y estemos dispuestos a servirte imitando a tu Hijo en esta misma tierra,aunque seamos tan pequeños.Haz que un día,cuando llegue la hora de reunirnos con tu Hijo en el cielo,vayamos allí como niños pequeños y vivamos para siempre contigo y con María en un mundo de felicidad sin fin.

El tercer día de la novena de Navidad comienza diciendo que debemos dar gracias a Dios por las gracias recibidas durante este mes sagrado de Adviento y reconocer nuestro deseo de ver a María, a José y al santo niño de manera especial, o de ver a Cristo de manera especial. Esta novena de trece días concluye el 6 de enero con la fiesta de la Epifanía.

Mis queridos amigos y familia, no puedo esperar a veros en Navidad. ¡Está demasiado lejos! Sin embargo, estoy haciendo todo lo posible para ser paciente. He estado ocupado enviando buenos pensamientos a todos ustedes y al mundo. Como siempre, quiero daros las gracias por seguir rezando por mí a través de novenas como ésta. Con la ayuda de Dios, mis sueños de difundir su amor a través del estrellato están empezando a hacerse realidad. Sé que con todas vuestras oraciones, si no han sido ya respondidas, ¡lo serán pronto!

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«En el pesebre yace un niño, Nuestro Salvador, Jesucristo». (Un canto para la Navidad, San Alfonso de Ligorio)

Oh Jesús, que en este día te revelaste a los pastores en la gruta de Belén, concédeme la gracia de adorarte y servirte con gran amor. Tú eres el Rey eterno, que nos mira como un niño tierno; ten piedad de nosotros.

María, llena de gracia, el Señor es contigo. Bendita eres entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre. Y ¡qué bendito es ese vientre! Porque fue en ese pequeño santuario de la vida, acurrucado entre las piernas de María y bañado en su calor, donde el Verbo Eterno se hizo Hombre por nosotros.

¡Pequeño Jesús, rey soberano de mi alma! Creo en ti más que en todos los libros. Tú eres para mí el único camino hacia Dios. Te amo tanto como amaré a Dios.

Oh Jesús, amor mío, Tú eres la estrella que ilumina la tierra, y a través de tu purísima inocencia nos muestras el camino del cielo. Eres como una rosa fragante en el jardín de María, llena de dulce encanto y gracia. Tú das esperanza a los que se desesperan y consuelo a los afligidos. Para mí Tú eres la alegría que llena mi corazón y sin la cual mi vida perdería su sentido. Dame valor para ser yo mismo con los demás y estar siempre en tu camino. Que tenga la suerte de recibir tu bendición, para que muchos te encuentren en su camino: de la ansiedad a la calma, de la duda a la certeza, de la oscuridad a la luz.

Padre misericordioso, te adoro y te doy gracias; como madre amorosa, ardo de celo por ti y por tu santo nombre. Te alabo por el don más querido para mi corazón: la vida de los hombres y mujeres santos que, como yo, se han entregado enteramente para honrarte.

Oh Jesús mío, enséñame a conocerte mejor y a servirte con más amor.