27 de Febrero Día del Civismo Ecuatoriano (Resumen)

Resumen corto del 27 de febrero de 1948, día del civismo ecuatoriano.


El 27 de febrero de cada año, se conmemora el Día del Civismo, La Batalla de Tarqui y el Día del Ejército Ecuatoriano. En este día, se recuerda la gesta patriótica, entre tropas peruanas comandadas por José de La Mar y las de la Gran Colombia comandadas por Antonio José de Sucre y Juan José Flores.

Esta batalla fue la culminación de una guerra entre Perú y la Gran Colombia entre 1828 y 1829, cuando nuestro país formaba parte de la mencionada confederación junto con Nueva Granada y Venezuela. El origen del problema fueron los límites entre Ecuador y Perú, objeto de discordia entre ambas naciones por más de 165 años.

Historia:

Día del civismo

Cada 27 de febrero se celebra el día del civismo, que en latín significa ciudadano o ciudad, con sus respectivas pautas que nos permiten convivir en colectividad basado en el respeto al prójimo, buena educación y cortesía.

Fue un 25 de febrero del año 1948, cuando bajo la presidencia de Carlos Julio Arosemena, declaró mediante el decreto ejecutivo 324, al 27 de febrero como el Día del Civismo Ecuatoriano.

En los artículos de este decreto se dispone la celebración de este día izando el tricolor nacional en establecimientos públicos y particulares, así como el juramento a la bandera en las instituciones públicas (acto que en la actualidad se realiza en el día de la bandera). Su objetivo es fortalecer el espíritu cívico de la colectividad nacional, un valor tan venido a menos durante los últimos años.

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Este 27 de febrero celebremos con orgullo el día del civismo

Conclusión:

El civismo somos todos, es la forma de actuar de cada persona, el comportamiento que emplea un individuo con relación a la Batalla de Tarqui, es la actitud ante la vida, la forma de ser y actuar, es por eso que la formación cívica es algo importante de la vida de los hombres, pues no solo se nos tiene que enseñar a ser simples hombres si no también, a ser buenos ciudadanos, buenos ecuatorianos.

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Recordemos con civismo este día, poniendo en lo más alto de los valores a nuestros héroes como Bolívar, Sucre, Calderón, Eloy Alfaro, Vargas, Julio Andrade, Coral, Edmundo Chiriboga, Hugo Ortíz, Galo Molina y tantos otros como los héroes de la Cordillera del Cóndor y del Alto Cenepa en 1995.

Temas relacionados:

Fuente: Wikipedia, El Comercio, Efemérides

Este es un resumen del «Día Cívico del Ecuador del 27 de febrero». Se cita directamente del material de 2 fuentes.

El 27 de febrero de 1830 los ciudadanos ecuatorianos se liberaron de los españoles y vieron el inicio de la Revolución Restauradora de los Incas. Este día está marcado como el 27 de febrero Día Cívico Ecuatoriano. En este día Jorge A. Quiroga, presidente de la época, en lugar de hacer un desfile militar por razones desconocidas, aprovechó esta fecha, que tenía como principal intención gritar: ¡No más colonización española!

El 27 de febrero se celebra el Día Cívico de Ecuador. Esta fiesta conmemora el inicio del primer levantamiento civil liderado por Juan Pablo Bermúdez en la región de El Oro en esta fecha de 1859. El propósito del levantamiento era tomar el control del gobierno conservador y realizar cambios en el sistema político vigente. Este fue un hito importante para Ecuador ya que este levantamiento puso en marcha muchas reformas/cambios que incluyeron:

El Día Cívico ecuatoriano es una fiesta nacional que se celebra el 27 de febrero de cada año. El día cívico marca la promulgación de la Constitución de Ecuador de 2008, que marcó el inicio de la llamada «Revolución Ciudadana». Esta fiesta se creó para promover la unidad, la responsabilidad ecológica y la justicia social. Se celebra con actividades en varias ciudades.

27 de febrero de 1809. El día en que Ecuador declaró su independencia de España, y al hacerlo, se convirtió en la primera nación de Hispanoamérica. Dos siglos después, se celebra el Día Cívico Ecuatoriano.

El 27 de febrero es una fiesta cívica en Ecuador. Se celebra para conmemorar el inicio del primer levantamiento de derechos civiles contra el dominio colonial español en Sudamérica, la «Guerra de la Restauración» de la independencia de España (1895-1898).

El 27 de febrero de 1925 se celebró en Quito, la capital ecuatoriana, una marcha de protesta para conmemorar el día de la Revolución de 1822. Esa misma noche, una compañía de infantería había dado un golpe de estado y reclamado el poder sobre el presidente Carlos Alberto Arroyo del Río. Este día marcó el inicio de la Guerra Civil (1932-33).

El 27 de febrero es fiesta nacional en Ecuador. Este año se celebra el 191º aniversario de la Batalla de Pichincha. El resultado de esta batalla aseguró la independencia de Ecuador de España. Seguro que se pregunta, ¿qué tiene de importante una batalla del siglo XIX? Me alegro de que lo pregunte…

El 27 de febrero fue la fecha de un acontecimiento importante en la historia de la sociedad ecuatoriana. Ese día se produjo una exitosa rebelión que contribuyó a cambiar el curso de la historia de América. Esta es la historia de cómo se desarrollaron estos acontecimientos.

El 27 de febrero de 1809 comenzó un levantamiento en Quito, Ecuador. Los rebeldes contra el dominio español lucharon durante tres días para tomar una basílica; su objetivo era el cuartel militar de la ciudad. Aunque no tuvo éxito, fue un hito histórico y el comienzo de la búsqueda de la independencia de Ecuador de España.

El día del año en que, en 1979, el pueblo ecuatoriano salió a las calles de Quito cantando «‘¡Ecuador! ¡Libertad! Democracia!» – «¡Quito! ¡Libertad! Democracia!» y comenzó un movimiento que desembocaría en el golpe de Estado del 17 de febrero de 1980. Es un día para recordar a todos los que murieron luchando por la libertad, así como un día para reflexionar sobre lo mucho que hemos llegado como nación, y lo mucho que nos queda por hacer.

La primera vez que me di cuenta de esto fue durante una fiesta en nuestra casa: mis padres tenían un montón de amigos que vinieron, trayendo una comida cada uno. La gente se reunía en el salón mientras comía y bebía, intercambiando noticias y risas. Otros subían a ver a los niños y se quedaban a dormir en sus camas. Seguimos festejando así durante cinco días. Mi padre fue el anfitrión de cada una de esas fiestas, pero nunca se agotó; no dejaba de contarme historias sobre el movimiento militar y sus objetivos, lo importante que era para él formar parte de él, lo orgulloso que estaba de que yo también eligiera una vida militar.